sábado, 23 de junio de 2012

Greyfriars Bobby: el perro fiel

El otro día, de camino al ayuntamiento y justo al comienzo de George IV Bridge me encontré con la estatua de Bobby. La historia de este skye terrier es tan preciosa como trite la verdad.
Corría el año 1856 cuando John Gray, un hombre que trabajaba como vigilante nocturno para la policía de la ciudad de Edimburgo, se econtró con un cachorro en plena calle. Le llamó Bobby, y fueron inseparablas durante dos años hasta que John Gray murió por tuberculosis. Le enterraron en el cementerio de Greyfriars Kirkyard, en el casco antiguo de la ciudad.

Bobby

En 1867 se aprobó una ordenanza municipal por la que todo perro sin dueño debía ser sacrificado. Tal era el cariño que los edimburgueses profesaban a Bobby que el perro fue apadrinado y protegido por el Ayuntamiento. Bobby pasó el resto de su vida, 14 años, sentado en la tumba de su amo, ganándose la admiración de todos los habitantes de Escocia.
Bobby murió en 1872, y no pudo ser enterrado junto a su amo al ser considerado el cementerio como tierra consagrada. Fue enterrado a la entrada, cerca de la tumba de John.Inmediatamente después su muerte, una aristócrata local pagó la manufactura de una estatua a tamaño natural de Bobby, que se colocó enfrente de la entrada al cementerio. 

Es el monumento histórico más`pequeño de Edimburgo, y visita obligada para los turistas. La historia de este fiel amigo se ha inmortalizado en novelas y películas y constituye uno de los orgullos nacionales.




1 comentario:

  1. Hola soy una chica que tambien piensa en emigrar a escocia, me gustaria saber si vas a escribir mas entradas y si tu has encontrado trabajo, gracias.

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